Adicta **

Tus palabras resonaban en mí ser;
Tu llanto vano y mentiroso,
Me conmovió; tus manos frías e indignas
Pidieron una vez más besarme;
Me negué, no tomarías ni una gota más de mí,
De mis pupilas ardientes, de mi cariño engañado.

Así pasó la noche,
Me pediste una vez más;
No respondí, mas, llegaste humillado;
No me digas nada, nada me digas hoy.

Tus astutos labios sabían seducir a esta
Inculta mujer, disfrazada de sabia musa,
Recorrí la noche negando lo obvio.

Hoy, por hoy, ya no llamas,
Ya no pides madrugadas, ni auxilios cínicos
Ya no llamas humillado.
Una más cae por tus astutas palabras,
Por tu vino de suave linaje.

Mi vida maltratada, vagabundea
Por las noches recorriendo el camino de tu falsedades.
Ya no existe; hoy por mí, mañana por él.

Las luces dejaron de brillar, de alumbrar y de anhelar

Ya callada no teje más.