Te vas...
y yo me quedo, no puedo decirte nada, son tus sueños y entre ellos no me encuentro yo, creo que desde mucho tiempo atrás dejé de ser un sueño, pasé a ser un recuerdo.
Sé que no me imaginas escribiendo esto... piensas que olvido hay en mi mente,
en mi corazón, en todos y cada uno de mis actos, mas jamás encontré olvido,
sólo resignación, resignación y la mejor de las sonrisas; el mejor color de piel, los mejores besos...
el mejor de los perfumes.
En tu mundo ya no queda nada de mi cuerpo, ni mi sonrisa ni nada de lo que ya no recuerdas,
pues ya está muerto...
No soy la única que promete no olvidarte,
lo sé, soy la primera...
nadie ha llorado tanto tu nombre y nadie jamás lo podrá hacer.
Desearía tener el valor de correr los kilómetros que nos separan,
poder llegar a tus brazos y
dormirme como lo hice hace tantos años ya, pero no hay nada...
no estoy.
Las sabanas azules quedaron dormidas y entre ellas yo no estoy.